Passa ai contenuti principali

El muro y la flor

 mientras lees puedes escuchar esta cancion: https://www.youtube.com/watch?v=zURc34YPmI0

Capitulo 1


Cuando entró en la sala de baile todo el mundo se giró para mirarla, no había llegado tarde al baile. Todos se habían girado para admirar su belleza. Ella no miraba a los demás invitados, sus ojos se centraban en mí como si me pidieran bailar, y yo la entendí. Otras chicas usaban sus abanicos o simplemente me pedían un baile, pero yo siempre mentía y decía que mi tarjeta de baile estaba llena. Pero había algo en esta chica que capturaba mi atención, la atención de un príncipe, el príncipe de Francia. Ella comenzó a caminar hacia mí con una seguridad que ni siquiera una princesa podría tener. Cuando estaba lo suficientemente cerca de mí dijo: “¿Me concedes este baile?”. No me dio ni tiempo para pensar, que ella ya había cogido mi mano y se la había puesto alrededor de su cintura. Empezamos a bailar un vals. Aunque había admirado su belleza cuando entró y mientras bajaba las escaleras, no me cansaba de su esplendor. Sus ojos eran como pozos, se podían mirar durante horas sin entender ni una sola emoción que ella probaba. Sus mejillas eran de un rojo rosado, aunque no tenía maquillaje, sus labios parecían tan suaves como si nunca hubieran sido rozados. Su pelo era de un hermoso tono castaño con algunos reflejos rubios como si la hubiera besado el sol. No llevaba un enorme peinado como las otras jóvenes que asistían al baile, simplemente se lo había trenzado. Empecé a mirar a mi alrededor y me di cuenta de que todas las personas en la sala nos miraban, pero ella tenía los ojos fijos en mí, sólo en mí. No podía soportar el silencio entonces le pregunté: “¿Quién eres tú?”, pero no me contestó. Volví a preguntar: “¿Quién eres tú? Tu príncipe exige una respuesta”. Ella me miró y dijo: “Ustedes príncipes con vuestras exigencias, siempre pensando que tenéis el control sobre quien os está enfrente”. No sabía qué responder. Todas las respuestas que me vinieron a la mente eran demasiado estúpidas para decirlas, así que decidí quedarme callado. “Mi nombre es Zephyr, Zephyr Griffin” dijo ella. En cuanto escuché su nombre me di cuenta de que la conocía, pero cuando escuché su apellido estaba seguro de que sí la conocía. “Te conozco, pero no sé de dónde. Dime, princesa, ¿dónde te conocí?” le pregunté. “¿Cómo es posible que no te acuerdes de mí? Vivía en el castillo y éramos mejores amigos. ¿De verdad no te acuerdas de mí?” me preguntó ella. De repente recordé y le dije emocionado: “Zeppy, ¿Eres realmente tú? ¡Ha pasado tanto tiempo desde la última vez que te vi! ¿Qué ha pasado? ¿Por qué has huido?”. Ella sonrió y dijo: “¡Sí! ¡Sí! ¡Soy yo, James!” El vals terminó y le dije: “¡Ven conmigo, tenemos mucho que contarnos!” Mientras caminábamos hacia los jardines se detuvo y dijo: “Pero James, ¿no se darán cuenta de qué te has ido?” me preguntó. “Sí, lo harán, pero no importa tú eres más importante que cualquier otra persona en esa habitación”. Después de pronunciar esas palabras, sonrojé de inmediato. “No quise decir eso, bueno lo quería decir, pero no lo quería decir, quiero decir... no importa, no es importante.” dije tartamudeando. Ella comenzó a reírse y dijo: “no pasa nada”. La miré, todavía sonrojado, simplemente no podía dejar de mirarla. Creo que me estaba enamorando. Sin embargo, no podía ser, la había visto por primera vez en años hacia apenas unos minutos. No podía ser y nunca podría aceptarlo. “¿De qué querías hablar?” preguntó. “¿Por qué escapaste? Tu madre estuvo mal durante años, estuvo miserable. ¿Por qué te fuiste?” le pregunté suplicante. “Me fui por ti. Escuché a nuestros padres hablando de arreglar un matrimonio entre nosotros apenas cumpliéramos los dieciséis años y no podía soportar la idea de que tuvieras que casarte con una chica a la que no querías. Sin embargo, hace una semana, cumplí dieciséis años y tu padre me encontró y me envió una carta amenazándome de matar a todas las personas que quiero si no me caso contigo” respondió ella. “Podríamos haberlo resuelto juntos. Podrías haberte quedado” le dije. “Podría haberlo hecho, pero es demasiado tarde para cambiar el pasado. Tenemos que cambiar el futuro, por favor, te lo suplico, no puedo casarme contigo” pidió. “¿Por qué no puedes casarte conmigo? ¿No soy lo suficientemente bueno para ti?” le pregunté. “No, no es nada de eso James, ¿por qué eres tan maleducado? No te recuerdo así. Eras un caballero cuando te dejé. ¿Qué pasó?” preguntó ella. “¡La gente cambia Zephyr! Sobre todo cuando la personas que amas desaparecen. Responde a la pregunta Zephyr ¿Por qué no puedes casarte conmigo?” le volví a preguntar. “¿Por qué no puedes casarte conmigo?” repetí. “¡Porque amo a otro hombre!” gritó.


 

 



 

Commenti

Post popolari in questo blog