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Nos vamos a Tallin

 20 Noviembre 1918, Universidad de Tartu (Estonia)

Ha pasado más de un año desde el comienzo de la revolución comunista en Rusia, y cada día Lenin se acerca a la victoria, y los imperialistas ya no tienen nada que defender, el Zar ha muerto y no hay sucesor. 

Aquí en Estonia y los demás países bálticos la situación parece empeorar, el pueblo se ha dividido en 2, como si la Gran Guerra no ha acabado aún. El grupo de jóvenes estudiantes y bueno casi toda la región está a favor de Alemania, que promete la independencia de las provincias bálticas, y por la otra parte está Rusia, país hecho a pedazos, quiere restaurar Europa del Este con una nueva política "progresista".

La verdad es que yo no sé cual es el bando correcto, si ganan los rusos tendremos que darles todas nuestras pertenencias y no nos quedará nada, mientras si llegan los alemanes no es que cambie mucho, podemos obtener la independencia pero seguramente será con cualquier tipo de engaño, nunca hay que fiarse de un alemán. Las dos opciones traen un triste futuro para este país.

Me llamo Jüri Tamm, tengo 19 años y estoy en el primer año de universidad en Tartu, mis padres han ahorrado durante años para permitirme este lujo, que desafortunadamente no podré acabar, moriré antes.

La situación en Estonia es critica, algunos periódicos dicen que una posible guerra empezará aquí dado las influencias políticas rusas, y los alumnos de más de 16 años serán llamados y reclutados para combatir.

No lo entiendo, ¿por qué tengo que ir yo si no tengo ni ideología política? En el colegio siempre me han dicho que hay que dar la vida por la patria, pero nunca pensé que se refería a matarnos con otros chicos de otra patria al que le han enseñado lo mismo.

Todos mis compañeros quieren ir a luchar contra Rusia, para liberar a Estonia.

28 Noviembre 1918, Raekoja Plats (Plaza del ayuntamiento), Tartu

En Tallin (la capital) esta mañana han quitado la bandera Rusa del ayuntamiento, por eso mis amigos se han subido al techo del ayuntamiento de Tartu para hacer lo mismo y remplazarla con la bandera de Estonia. Y porqué esto, os preguntaréis, porque Rusia ha declarado guerra a todos los bálticos por la idea indipendentista de esta región.

Y así es, me han reclutado.

Ellos ponen la bandera tricolor, y Karl Rebane (mi compañero de clase) grita "LÄHME TALLINA", nos vamos a Tallin.

30 Noviembre 1918, Base militar "Nõmme Malekvond" Tallin

Aquí me encuentro, forzado, todos los demás ilusos y engañados, riéndose felices, sin saber lo que nos depara dentro de unas semanas, el infierno, y este país se va a quedar sin jóvenes, pero nadie lo sabe.

Veo a la distancia un chico, solo, parecía que estaba acompañado por sus pensamientos, y creo que él también es consciente de la posible finalización de nuestras vidas. Se llama Igor Vaher, nació en Parnü pero vive en la capital desde hace unos años según me contaron, parece uno callado que está cómodo en los momentos de soledad, justamente como yo. Así que voy a intentar hablarle.

Parece que le he caído bien.

Es tarde (17 pm) y los generales nos han acompañado a nuestras habitaciones, tengo 4 compañeros: Roman Liiv, Melle Ots, Konstantin Päts y luego está Igor.

10 Diciembre 1918, Lago Peipus, Narva, frontera con Rusia

Los días de entrenamiento ya han terminado, y nos están trasladando a las trincheras en Narva, al lado del lago mas grande del país. Es un día de invierno, el aire está húmeda, la tierra llena de barro y minas explosivas. Se respira tristeza en el pelotón, No solo por haber dejado atrás la familia y la casa, pero también por la muerte de uno de mis compañeros de habitación, Roman Liiv, la noche anterior ha intentado escaparse para no ir a la guerra, los oficiales lo capturaron y le dispararon por desertor.

11 Diciembre 1918, Campo de batalla, Narva

Creo que es hoy. Van a dar la orden de ataque a la fanteria rusa, una super potencia contra unos estudiantes, es increíble el desequilibrio, pero en la guerra desafortunadamente todo es justo.

No veo nada bien por la humedad y niebla, pero se escuchan los pasos de centenares de rusos, con mascaras anti-gas, corriendo hacia nosotros, y este es el momento donde todos se dan cuenta de que era mejor no partir y luchar por el país.

Los rusos a una cierta distancia empiezan a tirar granadas y gas tóxico, en seguida todos nosotros entramos corriendo al bunker, no tenemos posibilidad de sobrevivir a los ataques soviéticos.

Ha pasado media hora, y mi pelotón sigue aquí encerrado, rezando para que no nos encuentren. Muchos de nosotros vienen de pueblos remotos, y están en un ambiente para nada común, espantados.

20 Diciembre 1918, bunker

habrá pasado una semana, dos, tres, un mes. No lo sé. Me pueden decir que estamos en el año 1950 y no me sorprendería, ha pasado una eternidad.

Nuestro general ha dado la orden de salir, varios de nosotros han muerto por hambre, sed o enfermedad. La comida es escasa, "tenemos que salir o moriremos todos" dijo el general. Hombre sabio, me enseñó muchas cosas, fue mi profesor en primaria, ha luchado en el frente francés durante los primeros meses de guerra.

Salimos, no hay sol, solo nieve y niebla, lo mismo cuando entramos al bunker. A lo lejos vemos un hombre con el brazalete blanco, uno de la infermeria del regimiento inglés, parece que está recogiendo los cuerpos sin vida. Rápidamente vamos todos a preguntarle qué ha pasado, y nos dijo que hace 9 días hubo una batalla, ganada por el pueblo estonio, pero murieron muchos de ellos. Todos nos estamos mirando sorprendidos, pensábamos que había sido perdida, pero no fue así.

La alegría desapareció un minuto después:"parece que los estonios tuvieron que sacrificar un pelotón, como cebo. Este pelotón se quedó en las trincheras y escapó en el bunker, salvándose por suerte, para que así los rusos probaran a entrar a la trinchera y después los demás soldados los han sorprendido por detrás, lo han ganado pero casi todos han muerto"dijo el médico.

Todos nos paramos a pensar, nos habían usado de cebo, y no lo sabíamos, muchos se echan a llorar, no soportan pensarlo.

El médico nos está observando, ve que tenemos la cara sucia y llena de tierra y que hemos aparecido de la nada. Nos pregunta:"¿Vosotros sois el pelotón que se escondió en el bunker?". Medio minuto y nadie le responde, no soporto este silencio, así que le respondo con un sí, enseguida él llama a sus compañeros, les explica todo. Están sorprendidos, nos daban de muertos.

Nos acompañan a un camión, espero que es de vuelta a casa. En el camino veo a los cuerpos de mis compañeros muertos y congelados, traumatizante. Todos me parecen familiares, creo que reconozco varios amigos viejos de cuando era niño, pero el pico de la tristeza es cuando veo el cuerpo putrefacto del que me parece Igor, me pone triste pensar que mi posible futuro gran amigo haya muerto delante mío. me desmayo.

22 Diciembre 1918, Tallin

Me levanto. Estoy otra vez en la base militar en Tallin, a mi lado está una enfermera, que me explica lo ocurrido, había perdido la consciencia. 

El lugar está vacío, han muerto todos mis compañeros. Vuelvo a casa con mi familia, es navidad.

2 Febrero 1920, Tartu

Han pasado más de 2 años. Todavía sigo pensando en esa traición, que además costó la vida de muchos más jóvenes.

Me he graduado, y estoy en busca de un trabajo, el tiempo pasa y hay que pasar página.

Estoy en la plaza del ayuntamiento de Tartu, mi segunda casa ya, paso aquí la mitad del día, me siento en la panca de siempre, y observo la nada, pero a veces miro los jóvenes, y reflexiono, me da envidia la suerte que han tenido de nacer 1 o 2 años después que yo, y no han vivido la misma experiencia que viví yo, ellos están tan tranquilos y felices. Aunque la guerra sigue, hasta esta tarde, cuando un periodista viene corriendo hacia la plaza, gritando "Sõda on läbi!" (la guerra ha acabado!). El pueblo estalla de felicidad y a su vez gritan "Eesti on vaba!" (Estonia es libre!). Tengo que admitir que yo también sentí felicidad, pero no tenía con quién celebrar la liberación de este país.

Leonardo Baggiani



 

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