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¿Qué es el arte? - Victoria Martínez

¿Cuánto cuesta un kilo de plátanos en un supermercado como Carrefour? ¿Y un rollo de cinta americana en Amazon? Después de una rápida búsqueda en internet, llegamos a la conclusión de que, respectivamente, cuestan alrededor de 1,50€ y 10€. Efectivamente, en total son más o menos 11,50€. Yo no lo veo demasiado exagerado.


Bueno, y si dijese que un solo plátano con unos 15 o 20 cm de cinta americana pegado a una pared costó 120000$ en la feria Art Basel de Miami, ¿qué pasaría? Porque sí, no son cifras inventadas, ese es el coste que se le dió a la muy conocida y polémica obra Comedian, de Maurizio Cattelan.

Para añadir leña al fuego, existen tres copias de esta obra, la tercera revalorizada a 150000$, nada más y nada menos.


Antes de continuar este discurso, creo que es importante dar un poco de contexto histórico, y para eso nos conviene remontarnos al arte del Romanticismo, durante los siglos XVIII y XIX. A este estilo artístico se le puede considerar la ruptura definitiva con el arte clásico. El Romanticismo nos trae caos, sentimiento, pasión, creatividad, subjetividad, justo después del Neoclasicismo, que por su parte estaba marcado por la racionalidad, la mesura, la serenidad.

Se podría decir que el Romanticismo surge “como una tormenta después de la calma” que constituyó el Neoclasicismo (tomado de https://historia-arte.com/movimientos/romanticismo).

Después del Romanticismo, por supuesto, hubo más estilos artísticos que vinieron continuando la corriente de ruptura con el arte clásico: entre ellos tenemos el Impresionismo, el Puntillismo, el Post-Impresionismo o el Expresionismo.

Todos estos estilos acabaron desembocando en las Vanguardias del siglo XX, que ya reconocemos como arte contemporáneo.


Ahora bien, ¿qué son las Vanguardias y el arte contemporáneo?


Por un lado, se considera que las Vanguardias empiezan con el 1900 y acaban con la Segunda Guerra Mundial. Tenemos muchas Vanguardias distintas: el Fauvismo, el Futurismo y la pintura metafísica, el Dadaísmo y el Surrealismo son sólo algunas de ellas. Las Vanguardias son aquellas que se crearon con el propósito de promover la libertad de expresión, y como forma de innovación y novedad.

Tomemos como ejemplo el Dadaísmo, ya que nos servirá más adelante como referencia. Este es un movimiento “anti-todo, incluso anti-dadá”, un movimiento marcado por el caos, el azar y el escándalo: según los dadaístas “la belleza es el caos, el azar y lo imperfecto”, ya que después de todo, así es como es la vida (tomado de https://historia-arte.com/movimientos/dadaismo).


Por otro lado, hablemos del arte contemporáneo. Se podría decir que este concepto es muy discutido, ya que la definición varía dependiendo de a quién se le pregunte. Se puede considerar arte contemporáneo aquel que se creó a partir del siglo XX, o sea a partir de las Vanguardias, pero debemos tener en cuenta que el término “contemporáneo” suele hacer alusión al presente, cosa que podría conducir a confusiones (https://concepto.de/arte-contemporaneo/).

En lo que respecta al arte contemporáneo, vemos una pérdida de la belleza estética, para centrarnos mucho más en lo conceptual. Además, hubo un notable cambio de soportes, ya que se empezaron a utilizar tanto nuevos materiales como nuevos medios para crear obras. Hay que añadir que el espectador se vuelve mucho más activo respecto a la obra, y debe reflexionar sobre ella, por lo general.


Con este contexto en mente, podemos pasar al argumento principal de la cuestión: ¿qué es el arte?

El arte, definitivamente, es un concepto extremadamente difícil de definir, ya que está claro que cada uno tiene una idea muy distinta de lo que significa esta palabra.

Podemos empezar tomando la definición del diccionario. Según la RAE, el arte es la “capacidad,” la “habilidad para hacer algo”, la “manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros” o el “conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo” (tomado de: https://dle.rae.es/arte?m=form).

Aristóteles, por su lado, define el arte de manera que este y la ciencia comparten una tarea. El filósofo griego dice que el arte es “una acción a partir de la cual el ser humano crea una realidad antes inexistente”. Aún así, la diferencia entre el arte y la ciencia es que “el arte se enfoca en la producción de realidades u objetos estéticos” (https://cienciauanl.uanl.mx/?p=4852#:~:text=Arist%C3%B3teles%20define%20el%20arte%20(ars,realidad%20que%20antes%20no%20exist%C3%ADa.).

Nietzsche dice del arte que “hace soportable la visión de la vida porque pone sobre ella el velo del pensamiento impuro”. También dice: “Se le ponen barreras demasiado estrechas al arte cuando se pretende que en él sólo deba expresarse el alma ordenada, la que se mueve en un equilibrio moral. Como en las artes plásticas, así también en la música y en la poesía existe, junto al arte del alma bella, un arte del alma fea. Y los efectos más vigorosos del arte, el romper las almas, mover las piedras y volver humanos a los animales, quizás sean conseguidos en mayor medida precisamente mediante esas artes” (https://www.alejandradeargos.com/index.php/es/completas/42-filosofos/485-friedrich-nietzsche).

Y, ¿cuándo y para qué sirve el arte? Según Abraham Maslow, la necesidad de la creatividad se encuentra en el último peldaño de su pirámide, así que no es algo necesario para la supervivencia del ser humano, sino que se puede llegar a apreciar una vez que se está vivo, seguro, estable socialmente y se es respetado. La creatividad y la apreciación de las artes vienen después.


(Pirámide de Maslow. Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow)



Por otro lado, en mi opinión, la utilidad del arte es la de “llenar” por dentro a una persona. Creo que el ser humano necesita estética y belleza para ser completamente feliz. Cada uno la necesita en distinta medida y forma, pero de una manera u otra todos la necesitamos.



La siguiente pregunta que deberíamos hacernos ahora sería, ¿qué NO es arte?

Retomemos el discurso sobre Comedian, de Maurizio Cattelan. ¿Se puede considerar esto arte de verdad? Hay mucha discusión sobre el asunto, pero en mi opinión la respuesta es no, en absoluto. Si nos atenemos a la primera definición que la RAE da del arte, nos damos cuenta de que la obra de Cattelan se cae a pedazos, ya que no requiere ningún tipo de habilidad creativa o manual para ser creada. En definitiva, lo puede hacer cualquiera que tenga un plátano y un poco de cinta en su casa, y le saldrá bien barato. Además, las explicaciones que el artista da para esta obra son absolutamente ridículas. Una de ellas sostiene que “un plátano es un plátano” (y por supuesto, ¿para qué esforzarse en dar más explicación?), y la otra, algo más elaborada, sostiene que el plátano representa lo que nuestra sociedad valora, el hecho de que hay objetos que valoramos más que otros. Y en principio no sería tan decepcionante como explicación, pero el problema que tiene es que se le puede aplicar a cualquier obra mediocre que consista en un objeto aleatorio exhibido en un museo. En definitiva, las definiciones del propio creador de Comedian se desmoronan ellas solas.

Ahora bien, se me podrá rebatir el argumento diciendo que el título de este plátano pegado a una pared denota de por sí humor, y esto no se puede negar. El propio autor quiere hacernos creer que se toma el arte moderno de manera humorística, y que en realidad esta obra es una carcajada hacia el mercado actual del arte. El caso es que esto puede ser tanto verdadero como falso, pero Cattelan sigue cobrando miles de dólares por obras como esta, por lo que la teoría no parece muy válida (https://www.youtube.com/watch?v=mgJjy6bQPXI&list=PLzxr6nlDPhIIgQerI7-N5D_538wY59rsm&index=7&t=402s).

Además, yo estoy de acuerdo con el hecho de que a cada uno le parecerán más o menos bonitas cosas distintas, pero en lo personal creo que un plátano con un trozo de cinta americana no es lo que se dice “la cumbre de la belleza estética”.



(Fuente de la imagen: https://news.artnet.com/art-world/maurizio-cattelan-banana-explained-1732773)



Pasando a comentar otra obra de arte contemporáneo, tomemos la montaña de caramelos del artista Félix González-Torres. Efectivamente, la montaña de caramelos. Y la llamo así porque directamente no tiene título. En este caso sí que tenemos una explicación un poco más trabajada: la pareja del artista enfermó de SIDA cuando esta enfermedad estaba muy extendida y, desafortunadamente, murió. Félix González-Torres hizo varias obras para homenajearlo, entre ellas esta montaña de caramelos, la cual debía pesar exactamente lo mismo que su pareja (alrededor de los 80 kg). La montaña se podía poner en cualquier esquina de un museo, y la gente podía ir cogiendo caramelos, ya que esto simbolizaba la pérdida de peso de la pareja del artista. Además, aparentemente esto también es una referencia a la comunión cristiana.

Aquí pueden surgir varias preguntas. La primera podría ser: “¿Y utilizaba algún tipo específico de caramelos?”. No, para nada, compraba los que había en el sitio en el que se encontraba en el momento. A veces eran de colores distintos, otras del mismo color… completamente aleatorio. Otra pregunta podría ser: “¿Y qué pasaría si alguien comprase la obra? La montaña de caramelos ya no sería la misma, ¿no?”. Efectivamente, no, no sería la misma montaña de caramelos. De hecho, y me pareció muy curioso, al comprador no se le da una montaña de caramelos, sino un certificado de propiedad de la obra. En él dice que se le autoriza a colocarla donde quiera, y que haciendo esto está homenajeando a la pareja de Félix González-Torres. En definitiva, no se le da la obra en sí, sino la idea de la obra. Y lo mismo pasó con Comedian, ya que como es obvio los plátanos acaban pudriéndose a las pocas semanas. Una última pregunta que puede surgir es: “¿Cuánto cuesta esta obra?”. La respuesta a esto impacta. A mi al menos me pareció impresionante: siete millones de euros. Eso es lo que llegó a costar este montón de caramelos.

Entiendo que la idea es muy bonita y triste, pero dudo inmensamente que una obra así deba costar tal cantidad de dinero. Además, la obra ni siquiera se sostiene sola, sino que necesita de una historia para ser considerada como tal. Ese es, en mi opinión, el mayor problema del arte contemporáneo: el hecho de que necesita una explicación muy rebuscada para que verdaderamente se lo considere “genial”. Y en este caso la montaña de caramelos puede resultar hasta agradable estéticamente, lo tengo que admitir, pero no se necesita ninguna habilidad o capacidad creativa para hacerla, y ahí está el otro gran problema.



(Fuente: https://www.descubrirelarte.es/2020/02/27/felix-gonzalez-torres-el-amante-perfecto.html)



Me podría pasar el resto del texto dando más ejemplos de obras de este tipo (véanse las obras de puntos de colores de Damien Hirst), que obviamente vienen de la corriente dadaísta, citada antes, por el hecho de que constituyen algo absurdo y creado, muchas veces, por el simple hecho de generar polémica, pero preferiría darle un nombre a este tipo de arte.

Este nombre no he tenido que dárselo yo, sino Antonio García Villarán, artista sevillano, que denomina este tipo de arte “hamparte”.

Pero, ¿qué es el hamparte? El término viene de las palabras “hampa” (según la RAE “conjunto de los maleantes, especialmente de los organizados en bandas y con normas de conducta particulares”) y “arte”, y en esencia es “el arte de no tener talento” (se recomienda ver el “Manifiesto del Hamparte”, para mayor claridad: https://www.youtube.com/watch?v=XHtfmngQ7aA&list=PLzxr6nlDPhIIgQerI7-N5D_538wY59rsm&index=10). Y así es como definiría yo a este tipo de obras: carentes de talento.



Cómo no, cuando se defiende algo siempre hay margen a los desacuerdos, y hay muchas formas de poner en discusión mi opinión, todas perfectamente aceptables.


Por ejemplo, se puede decir que el arte, habiendo evolucionado con los años, ya no tiene porqué ser bonito ni complejo, ya que su finalidad no es tanto esa como la de darnos una idea.

Con respecto a esto, mientras puedo llegar a estar de acuerdo con que el arte no necesariamente DEBE ser bello, sí que creo que debería tener un mínimo de complejidad y técnica ligado a él. El hecho de que cualquiera pueda coger un objeto aleatorio o pintar una línea en un lienzo y considerar eso “arte” está mal por muchos motivos. El primero de todos es que es una falta de respeto a todos los artistas que de verdad han estudiado y se han esforzado por llegar a hacer verdadero arte, y que a pesar de todo no están expuestos en los museos. Además, desprestigia sobremanera el mundo artístico, que parece que toma cualquier cosa como “arte”.


Por otro lado, se puede decir que el arte es subjetivo, o que el arte contemporáneo es “nuevo” y por eso mucha gente no es capaz de comprenderlo.

Para rebatir esto querría tomar las palabras de Avelina Lésper, escritora y crítica de arte mexicana. Ella dice que, efectivamente, decir que este tipo de arte es subjetivo (especialmente el ready-made) no tiene sentido, ya que no hay nada más objetivo y poco abstracto que un objeto mismo. Además de esto, la crítica de arte dice también que, en realidad, aunque esta corriente artística quiera ir pintada de novedad, ya tiene muchos años. No sólo proviene del Dadaísmo y de las Vanguardias, sino que artistas conceptuales como Yoko Ono (véase la obra Apple, de la propia Yoko Ono) tienen ya una edad considerable, y el arte contemporáneo, como resultado, ya no resulta tan original y novedoso, si dejamos el escándalo aparte (tomado de: https://www.youtube.com/watch?v=oiaONz4HCpc&list=PLzxr6nlDPhIIgQerI7-N5D_538wY59rsm&index=5).

Otro gran problema del arte contemporáneo, de hecho, es cuando se tacha de ignorantes a aquellos que no lo consideran arte.

El caso es que los museos, en la actualidad, son lugares donde la gente puede aprender, cultivarse, enriquecerse culturalmente. Según una encuesta hecha por la ICOM (Consejo Internacional de Museos) de España para votar la mejor definición de “museo”, “un museo es una institución permanente, sin ánimo de lucro, accesible al público, y al servicio de la sociedad. Un museo colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material, inmaterial, cultural y natural, de manera profesional, ética y sostenible, y con fines de investigación, educación, reflexión y disfrute. Los museos se comunican de forma inclusiva, diversa y participativa con las comunidades y las audiencias” (tomado de: https://www.icom-ce.org/wp-content/uploads/2022/04/PASO10_Consulta4_ICOM-Espana.pdf).

Como se puede ver, los museos, y en consecuencia aquello que en ellos se encuentra, deberían ser accesibles a todo el mundo, de manera que todos seamos capaces de aprender y comprender.

Entonces, si el arte contemporáneo solo saben apreciarlo unos pocos afortunados, ¿qué sentido tiene que esté en los museos? ¿No se supone que los museos están para disfrute y aprendizaje de todo el mundo? (https://www.youtube.com/watch?v=RfHubArMMA8&list=PLzxr6nlDPhIIgQerI7-N5D_538wY59rsm&index=9&t=2s).



Concluyendo, considero el arte contemporáneo (y en especial el ready-made) un arte del mínimo esfuerzo, del no-talento y que no sabe sostenerse solo. Si es necesaria una explicación (que por otro lado se podría aplicar a cualquier otra obra u objeto) para darle a algo la connotación de arte, es que ese arte es muy probablemente débil en esencia. Si una obra no transmite algo, no llena algún vacío dentro de alguien y ni siquiera hace florecer la cultura de la especie humana, no creo que se pueda considerar arte.

El valor económico de obras mediocres y de poca destreza manual y creativa como Comedian o Apple debería ser nulo. Lo mucho que se ha denigrado el mercado y la crítica del arte en los últimos tiempos es impresionante: con toda esta insustancialidad acabamos ocultando el verdadero arte, el arte que enriquece al mundo, aquel por el que muchos artistas de verdad se dejan la piel estudiando, aprendiendo, practicando, probando, equivocándose y volviendo a intentarlo.


En efecto, aquel plátano no valía 120000$.







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